Page 13 - BAT Lengua castellana unidad 10
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ACTIVIDADES
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5 Localiza los referentes de los pronombres y adver- bios destacados e indica si se trata de referencias anafóricas o catafóricas:
La realidad ya no es lo que ves
El mundo es una construcción de nuestro cerebro y no hay dos cerebros iguales
Las ideas actuales sobre la percepción arrancan tal vez de Hermann von Helmholtz, el gran físico y filósofo alemán del siglo xix. El tipo era un fenómeno que hizo aportaciones esenciales a la óptica, la meteorología, las matemáticas y la electrodinámica. [...]
Helmholtz propuso que la percepción es en realidad un proceso de inferencia inconsciente. Nadie le hizo mucho caso, pero su idea ha sido retomada por los neurocientíficos y los científicos de la computación en nuestro tiempo. Lo llaman procesamiento predictivo, y consiste en lo siguiente.
La función del cerebro no es percibir el mundo, sino predecirlo. El córtex (o corteza) cerebral, donde resi- den nuestra percepción y nuestra mente, utiliza la in- formación que le llega de los sentidos para actualizar su modelo del mundo y, por tanto, sus predicciones. Pero ese modelo ya se había formado antes, por ex- periencias previas. Sin eso no podríamos ver nada ni pensar nada.
La ciencia, por cierto, es la mejor estrategia que te- nemos para conocer la realidad. Una teoría científica no solo explica de una forma compacta los millones de datos que ya se conocían, sino que también pre- dice aspectos del mundo que nadie había imaginado, como le pasó a Einstein con los agujeros negros. Emergían de sus ecuaciones, pero no logró creérselos. Una teoría ve más allá que su creador.
JAVIER SAMPEDRO, El País, 07/10/2022.
6 Localiza los antecedentes de los relativos destaca- dos:
Un misterio llamado Carmen Laforet
Este es el año del centenario de su nacimiento, ocu- rrido un 6 de septiembre, en Barcelona, en un piso de la calle de Aribau al que volvería de joven huyendo de una experiencia familiar incómoda y que se haría célebre después de Nada. Su padre, Eduardo Laforet, se casó a los pocos meses de quedar viudo, y el revuelo en Las Palmas, donde vivía la familia desde 1923, fue notable, pues era un hombre muy conocido.
Carmen Laforet puso mar de por medio a los 18 años rumbo a Barcelona, donde vivía la familia paterna. Lo hizo siguiendo un amor de juventud, al que había conocido en Las Palmas. Podemos imaginarnos las esperanzas, la rebeldía, el afán de libertad con que Carmen Laforet llegó a la capital catalana. En ella vivían todavía sus abuelos, de los que guardaba un gratísimo recuerdo de niñez. De modo que la futura escritora desembarcó esperando vivir los días más felices, pero «nada» saldría como esperaba. «Nada» que ver aquella ciudad medio destruida por los bom- bardeos y la miseria después de tres años de guerra con los dulces recuerdos que atesoraba de su infancia.
De hecho, la novela, escrita ya en Madrid entre 1942 y 1944, resume perfectamente su experiencia real en Barcelona. Aquello no salió bien. O sí. Porque la escri- tora sabría proyectar literariamente su extraño ánimo. En definitiva, Laforet daría forma al desaliento moral que podía sentirse en 1940 sin las estridencias de un Pascual Duarte, por ejemplo.
ANNA CABALLÉ, El País, 05/03/2021.
Reflexión sobre la lengua 191