Page 15 - BAT Lengua castellana y literatura 2 unidad 10
P. 15
TEXTOS Y ACTIVIDADES
10
1 Indica a qué momento de la vida del marqués de Bradomín perte- nece este fragmento y contesta:
a ¿Cómo se siente el personaje?
b ¿Qué rasgos de su vida son propios del héroe romántico y modernista?
2 Analiza cómo se muestra en el texto la ideología conservadora y antiburguesa del primer Valle.
3 Indica las características propias del idealismo y la evasión moder- nistas que se observan en el deco- rado y los personajes del relato.
4 Identifica la parte del texto en donde se detectan rasgos del amoralismo provocador y deca- dente del Valle modernista y di en qué consiste la provocación.
5 Di qué características de la más refinada y elegante prosa moder- nista se observan en este frag- mento.
6 Elabora una lista con las pala- bras del texto que se refieren a lo sensorial y comenta su relación con el declive vital del personaje donjuanesco.
SONATA DE INVIERNO (Fragmento)
El marqués casi muere por la causa de don Carlos. Bradomín se enamora de la que resulta ser su hija y sufre un desengaño al ver que sus ilusiones (el carlismo y sus amores) se frustran. En el texto hay melancolía
y el primer frío de la vejez del don Juan feo, católico y sentimental.
1 Yo acababa de llegar a Estella, donde el Rey tenía su Corte [...]. Comenza- ba a sentir algo hasta entonces desconocido en mi vida alegre y aventu- rera, una vida llena de riesgos y azares, como la de aquellos segundones hidalgos que se enganchaban en los tercios de Italia por buscar lances de
5 amor, de espada y de fortuna. Yo sentía un acabamiento de todas las ilu- siones, un profundo desengaño de todas las cosas. Era el primer frío de la vejez, más triste que el de la muerte [...]. Yo estaba en ese declinar de la vida, edad propicia para todas las ambiciones y más fuerte que la juven- tud misma, cuando se ha renunciado al amor de las mujeres. ¡Ay, por qué
10 no supe hacerlo!
Llegué a la Corte de Estella huyendo [...]. Las campanas de San Juan toca- ban anunciando la misa del Rey, y quise oírla todavía con el polvo del camino en acción de gracias por haber salvado la vida [...]. Entre aquellos bultos oscuros, sin contorno ni faz, mis ojos solo pudieron distinguir la
15 figura prócer del Señor, que se destacaba en medio de su séquito, admi- rable de gallardía y de nobleza, como un rey de los antiguos tiempos. La arrogancia y brío de su persona, parecían reclamar una rica armadura cin- celada por milanés orfebre, y un palafrén guerrero paramentado de malla [...]. Todo el día estuvo lloviendo [...]. Una luz triste y cenicienta amane-
20 cía sobre los montes que rodeaban la ciudad santa del carlismo, donde el rumor de la lluvia en los cristales es un rumor familiar [...]. Un velo de niebla ondulaba en las ráfagas del aire [...]. Se oía la canturia monótona de los niños de una escuela. La tarde lívida daba mayor tristeza al vano de la plaza encharcada, desierta, sepulcral [...]. Al entrar en la saleta, donde
25 la Señora y sus damas bordaban escapularios para los soldados, sentí en el alma una emoción a la vez religiosa y galante. Comprendí entonces todo el ingenuo sentimiento que hay en los libros de caballerías, y aquel culto por la belleza y las lágrimas femeninas que hacía palpitar bajo la cota el corazón de Tirante el Blanco [...].
30 Con la voz vibrante de cólera y embargada de pena, me dijo:
—Ha cometido usted la mayor de sus infamias enamorando a esa niña.
Confieso que aquella acusación solo despertó en mi alma un remordi- miento dulce y sentimental. Yo repetí, inclinando la cabeza:
—¡Pobre hija!
35 Sor Simona retrocedió dando un grito:
—¡Lo sabía usted!
[...]. Sentí terror de mis pecados como si estuviese próximo a morir [...].
RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN, Sonatas. Educación literaria 205